LA BENDICIÓN DE NUESTRO PADRE PARA EL NUEVO AÑO

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martes, 3 de diciembre de 2013

Demonio - Psiquiatra - Clérigo exorcista

Los tres pivotes, Demonio - Psiquiatra - Clérigo exorcista, sobre los que dependen y para su desgracia, muchas personas que tienen trastornos mentales.

Hay tres elementos que suelen intervenir con claridad, aunque no siempre, en la vida del paciente cuando está preso de una enfermedad espiritual ya sea por influencia o por posesión de espíritus inmundos.
Estos tres elementos lo forman el demonio, el psiquiatra y el clérigo exorcista, no siempre actúan conjuntamente, en la mayoría de los casos, la relación se establece entre los dos primeros y solo cuando es muy evidente la participación del demonio y encaja dentro de lo que la Iglesia Clerical entiende y define como posesión diabólica, es cuando entra en escena el tercer elemento.
Merece la pena analizar un poco el comportamiento de estos tres elementos que aparecen en el horizonte oscuro del paciente que los soporta.

Demonio - Psiquiatra. Esta es la relación que se da en la mayoría de los casos, el paciente que empieza a notar pequeños trastornos en su mente, que oye voces en su interior, que su mente se encuentra embotada, que está aturdido, que no puede pensar con claridad, que siente deseos de suicidio, que siente temblores en su cuerpo, que deja de dormir, que pasa por situaciones de terror y pánico; acude al psiquiatra y este lo recibe y entiende que está dentro de su competencia y empieza a recetarle tranquilizantes que supongo que el paciente pueda notar una ligera mejoría pero nunca encontrará la forma de restablecerle adecuada y plenamente y así empieza un ir y venir a la consulta del psiquiatra sin encontrar remedio a sus males hasta que por fin le diagnostica una enfermedad mental que no tiene, puesto que se trata de un problema espiritual, y los problemas espirituales no se tratan con fármacos sino con la oración y con todas aquellas acciones que nos hacen espiritualmente fuertes, como es el asistir a misa, la frecuencia de los sacramentos, las buenas lecturas, sobre todo los Evangelios y la Santa Biblia en general; es decir, la vida de un cristiano. El demonio convence a la paciente que los problemas que tiene son de tipo mental y la encamina a la consulta del psiquiatra.
El psiquiatra tampoco se escapa de la influencia del demonio, pero con él gasta poco tiempo ya que no cree en la existencia del demonio, tampoco en la existencia de Dios  y así el demonio hace su trabajo a sus anchas sin ser molestado.
Como se comprenderá, se trata de un verdadero escándalo: pacientes con problemas espirituales son tratados por psiquiatras, no competentes en la materia, que no creen en Dios por lo tanto tampoco en la existencia del demonio, son tratados, digo, con fármacos que no curan, conduciendo a estos pobres inocentes a centros psiquiátricos, arruinando su vida y en muchos casos ellos solitos se encaminan al suicidio. Si, eso si, luego los incompetentes en materia espiritual dicen que querían llamar la atención.
En la relación demonio psiquiatra se cumple plenamente los deseos del demonio que quiere pasar desapercibido y hacer su trabajo en la sombra. Por eso me habrán oído decir, en ocasiones, que ambos trabajan en comunión, el demonio encantado con el psiquiatra que no es molestado en su quehacer de arruinar vidas separándoles de Dios y el psiquiatra satisfecho de que su carga de trabajo vaya en aumento, eso si, si hay que cobrar se cobra. Esto que está pasando pasa inadvertido al psiquiatra que solo tiene ojos para el "dios ciencia" y en su idolatría el demonio lo domestica.
No tengo que dar lecciones a nadie pero para un cristiano lo primero es la Santísima Trinidad y por lo tanto Jesucristo y sus evangelios y esto está por encima de todo incluso de la ciencia.

Clérigo exorcista - psiquiatra En esta relación una de las partes está acomplejada, cree el clérigo que le faltan conocimientos para poder discutir con el psiquiatra y no se da cuenta que no puede competir con el en su propio campo, en el campo de la ciencia. En el mundo del espíritu muchas cosas nos llega por revelación y si por revelación soy capaz de determinar cuando una persona con trastornos mentales, estos se deben o están causados por la acción del demonio, ¿como voy a demostrar científicamente este hecho para complacer al psiquiatra?. Algunos clérigos exorcistas deslumbrados igualmente por el mundo científico, llegan al colmo de los colmos y no se les ocurre otra cosa que para saber si una persona con problemas mentales, son debidos o no a la acción del demonio, no se les ocurre otra cosa que estudiar psicología y psiquiatría. Y claro después del esfuerzo siguen con el mismo problema o aun peor porque si se acerca aun más a las tesis y al mundo de la ciencia. mas se alejará del mundo del espíritu y seguirá, lo mismo, sin saber donde se encuentra.
Los mas afamados exorcistas de España envían al psiquiatra personas cuyos trastornos son ocasionados por el demonio, yo mismo estoy exorcizando personas no atendidas por ellos, ¿no saben detectar la presencia del demonio?, ¿temen al colectivo de psiquiatras?.
Un exorcista en Madrid fue cesado de su actividad por que según los psiquiatras que denunciaron el caso, había exorcizado a un paciente con diagnóstico de esquizofrenia. Si, así como suena, como si el hecho de haber sido diagnosticado presuponga que su enfermedad no proceda de la influencia de espíritus infernales. ¿Saben lo que se le ocurrió a Rouco para atajar este problema? en vez de nombrar a otro exorcista, creó un grupo de ellos bajo la supervisión de un obispo auxiliar, integrando en el grupo a un psiquiatra y las decisiones de, si son mentales o espirituales, las toman colectivamente. Supongo que esto lo hizo para difuminar responsabilidades, el caso es que ese grupo, como ustedes entenderán no sirve para nada, los psiquiatras siguen diagnosticando mal y los clérigos exorcistas siguen sin saber determinar cuando es mental o cuando influencia o posesión. ¡Ah! ¿saben una cosa? la primera consulta del psiquiatra del grupo la paga la Iglesia; el resto, el paciente. Osea se, que el psiquiatra del grupo de exorcistas deriva a los pacientes a su consulta privada. ¿Que les parece?
Rouco, menos mal que te vas pronto; por cierto, esa encuesta que el Papa Francisco te envió para que las repartieras a las diócesis, con la sana intención de que los cristianos opináramos sobre cuestiones importantes de la Iglesia, ¿que ha pasado con ella?. No es que venga a cuento esta pregunta a Rouco por los temas que estoy tratando aquí, pero la lanzo al aire por si lee este artículo y me contesta.
Solo decir que en esta relación clérigo exorcista - psiquiatra, hay un claro vencedor el psiquiatra.



Demonio Clérigo exorcista La acción del demonio sobre la persona se centran en dos puntos fundamentales en la mente, en los órganos de la cabeza y a través del plexo solar, en el estómago. Y separa a la persona de lo sagrado con problemas de fe. Todos sentimos la influencia del demonio de una manera o de otra, lo normal es que sintamos esa influencia de manera muy leve pero lo pequeño, a poco que nos descuidemos, puede hacerse grande y así ocurre que hay influencias mas dañinas que lo que pueda ser una posesión de libro. El clérigo exorcista tiende a desestimar, erróneamente, las influencias  y normalmente cuando se refiere a ellas, lo hace como "una influencia menor" y recomienda al paciente que ore por su cuenta creyendo que con eso basta. No es así, cuando una influencia la tratas convenientemente, estás evitando mucho sufrimiento, suicidios, enfermedades y estás cortando lo progresión de la misma que puede derivar incluso en una posesión; es decir, el exorcista no puede esperar a que una influencia se convierta en posesión para tratarla, cuando se está incubando es cuando hay que atajarla, pero es que además no todas las influencias derivan en posesión, pueden crearte enfermedades neurológicas, cuadros de psiquiatría severos, el mal funcionamiento de algún órgano importante, etc. poniendo en riesgo de muerte al paciente.
Ocurre que para actuar en estos casos, se necesita tener el convencimiento de que lo que ocurre al paciente es debido a la acción del demonio, si esto no se sabe, difícilmente se podrá actuar con determinación, es necesario saberlo, pero no porque te lo digan, sino porque estés sintiendo en ti la presencia del demonio. Es normal que cuando oras por una persona, el demonio se manifieste y en cualquier caso aunque te encuentres orando por alguien a 10.000 km de distancia, el demonio acude  a ti para saber quien eres y en ese mismo instante es cuando sientes su presencia.
Quizás sea yo un caso excepcional, pero he visto muy pocos, por no decir ninguno, que pueda determinar que lo que le ocurre al paciente es obra del demonio y así determinar que se está ante un caso de influencia diabólica. Una gran cantidad de personas que acuden al psiquiatra por trastornos de la mente, son obra del demonio.
Si el clérigo exorcista, solo trata a pacientes con posesión diabólica contrastada y considerando lo extenso de la influencia dañina del demonio en las personas, teniendo en cuenta, además, el miedo que provoca al exorcista la inseguridad de no saber si es demonio o enfermedad, en esta relación de "demonio - clérigo exorcista" el éxito del exorcista no llega ni al 1%.

Resumen: Está claro que el demonio está dominando todas la situaciones, que los clérigos de la Iglesia están poniendo muy pocos medios y no tienen claridad espiritual ni discernimiento alguno y los psiquiatras que trabajan claramente para el demonio, no les importa con tal de que no le toquen sus atribuciones.

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